Entre la historia de las culturas y las tradiciones se mezclan diversas disciplinas y se crean obras inusitadas. Y esto hace posible que la creación artística pueda ocuparse con seriedad de una gama sin fin de obras de arte, lo mismo de un género pictórico que de un fenómeno cultural como de la cosmovisión de un pueblo y sus antepasados. Cada creación produce un efecto equivalente.
Los indígenas huicholes de las comunidades del El Nayarit,Guadalupe, Ocotan y otros estados del centro de México son unos artistas consumados que expresan en sus creaciones sus cosmovisiones colectivas.
Quienes conocen los primores de sus creaciones artesanales, entienden que el suyo es un arte ancestral: un arte que cuenta, canta, provoca; un arte que hace imaginar diálogos, bailes, enfrentamientos, misterios. Porque todas sus imágenes, todos sus diseños, por sencillos que parezcan, tienen una misma virtud: contar historias
El pueblo huichol o wirráricaes uno de los pocos que se han mantenido puros desde antes de la conquista de los españoles. No sólo son una nación pura en sus raíces sino también en su espiritualidad y su cosmogonía. Los Huicholes gustan de hacer arreglos, ofrendas, escudos y flechas para narrar la historia de la creación del mundo y del universo, pero también usan estos mensajes para detener el viento, para llamar a la lluvia o al sol o para ejecutar rituales de hechicería. El ritual más puro de los huicholes ocurre sólo en los llamados mitotes, ceremonias religiosas en las que se ejecutan danzas y movimientos mágicos para activar la energía vital, para agitar la vida, o sea el kipuri.
Cabeza de jaguar- talla de madera incrustada de chaquira
Algunos antropólogos han llamado neciamente a todos estos elementos “Dioses” utilizando su propia interpretación del mundo divino; pero para los huicholes y para los antiguos mexicanos el concepto de Dios tiene una connotación más precisa: se trata de algo que es parte del cosmos y no sólo creador de él. Los huicholes son reverentes con las mismísimas fuerzas que gobiernan la vida, y no las llaman dioses, sino hermanos. El Abuelo Fuego Tatevari, la Madre Agua o Tatiei Matinieri, el bisabuelo Cola de Venado Tamatz Kayaumari, todas son encarnaciones de las fuerzas de la naturaleza, de la energía que fluye en el universo y su relación con este mundo mágico.
Los Huicholes están gobernados por una casta de chamanes, misteriosos brujos y guerreros que luchan épicas batallas en el terreno de lo sobrenatural para resolver los problemas mundanos o divinos, o simplemente para asumir el lugar del gobernador o Marakame, “el que sabe”. Esta casta prepara nuevos chamanes oMatewame “el que va a saber” para mantener el linaje y el conocimiento. Los poderosos chamanes huicholes han tejido incontables relatos de poder donde libran formidables batallas en el terreno de la percepción, del que rescatan y resuelven asuntos al nivel de la vida cotidiana, confirmando con ello el liderazgo de su conocimiento, de su gobierno y de su espiritualidad.
Tal vez la vida moderna invada el mundo huichol y vaya borrando poco a poco las huellas de ese mundo mágico y misterioso, pero todavía unos pocos elegidos escogen el duro camino del chamanismo, guiados por los Marakame y por el protector abrazo del Híkuri, el rostro del divino, la planta sagrada del desierto y maestro de la forma correcta de vivir de los brujos perdidos en el tiempo.
Cuadro huichol realizado con estambres de lana coloreada pegada sobre cera con base de madera
Algunos autores como Carl Lumholtz, Fernando Benítez y Víctor Blanco Labra han visitado el mundo huichol y abierto sus puertas a occidente. Su trabajo, al igual que los libros de Carlos Castaneda, es un puente entre dos universos distantes, ajenos, y sin embargo compañeros en la historia. Pero el verdadero conocimiento de los huicholes es su sintaxis para percibir un mundo arq
Mujer huichol de Zacatecas
uetípico que es la visión silenciosa de la naturaleza, el principio primitivo y fundamental de la vida al que hemos de volver para encontrarnos con la totalidad de nosotros mismos.
No cabe duda que si bien tal vez los huicholes no perciben la energía directamente como fluye en el universo, su forma humana sí está mas libre de las convicciones materialistas y escépticas que han alejado al hombre de su origen. Son seres más vivos y más esenciales en su pobre y aparentemente marginado mundo; están más cerca de la totalidad de la conciencia que el hombre de occidente.
El arte wirrarica es una prolongación conceptual de la existencia, es la memoria colectiva de un pueblo atrapada en coloridos estambres de lana o en sus máscaras de cuentas de colores ( chaquiras), la energía vital de la región habitando en el diseño abstracto de las grecas.
Máscara huichola realizada con chaquiras o cuentas de colores
Detalle de la anterior más
La joyería hecha con cuentas de chaquira es otro elemento importante en la indumentaria de los huicholes, la usan tanto mujeres como hombres, sobre todo ciertos collares y pulseras. Para los huicholes que no se dedican al campo o a la ganadería, la artesanía es su forma de susbsistir, en esta labor trabaja toda la familia y los niños se inician aprendiendo el arte de la joyería, alrededor de los cinco años, comienzan sólo engarzando las cuentas en los diseños más sencillos de los collares, después continúan con las pulseras y ya en la adolescencia, una vez que dominan el oficio pueden comenzar haciendo collares mucho más complejos, con flores o con alguna otra figura, también hay quienes se especializan en hacer sólo ciertas piezas, pero la culminación del arte, aquel que ya domina a la perfección la técnica y puede reproducir distintos diseños o hacer sus propias creaciones, es quien hace las máscaras.
Generalmente las máscaras que ellos mismos tallan en madera, representan figuras de deidades y animales sagrados, pues conservan también una viva tradición religiosa que manifiestan através del arte de la escultura. A la pieza de madera se le coloca una capa de cera y pacientemente se adornan con mosaico de chaquira, hasta culminar el diseño propio de la inspiración de cada artesano.
Según algunos historiadores, el primer contacto de los huicholes con las cuentas de chaquira, de origen europeo, fue entre 1591 y 1600. Estos suministros le dieron un carácter al atuendo huichol que lo marcó para siempre; aunque su vestimenta fue evoluciando a través de los años, de acuerdo a sus costumbres, la chaquira representa actualmente su principal característica, tanto en sus adornos personales como en su artesanía.
Tradicionalmente, los mara’kames (sacerdotes, curanderos, chamanes) son los que crean las magistrales obras de arte llamadas nierika, que son representaciones cosmogónicas trabajadas con una paciencia admirable y una perfección casi divina.
Pero nierika no sólo es el término que se utiliza para nombrar estas preciosas obras de arte hechas con hilos (estambres) o cuentas (chaquiras), sino un término asociado con un amplio conjunto cultural, social y ritual que contiene tanto las manifestaciones materiales como las significaciones espirituales que rigen la vida de los hicholes.
Nierika es el “don de ver”, la visión del mundo secreto de los antepasados y, al mismo tismpo, un espejo que les permite contemplar su rostro verdadero. Es una puerta entre los mundos, son las ofrendas y es el sol.
“Estos cuadros de estambre son el portal mágico que permite a los ancestros ver hacia el mundo de los seres humanos”. (Nieves Gobo y Erwing Slim )
Nierika con el símbolo del Peyote ( cactus sagrado para los huicholes)
El arte de pintar un nierika consistía en una iniciación, en donde el aprendiz utilizaba el poder chamánico para entar en el mítico secreto de la cración, comunicarse con los dioses y manifestar las esferas cósmicas en obras materiales.
Los nierikate (plural de nierika) son una de las pocas expresiones vivas de arte moderno indígena del mundo, ya que los huicholes son uno de los pocos grupos indígenas de México que ha logrado conservar sus tradiciones, pero que al mismo tiempo busca nuevas formas artísticas para perpetuar su visión del mundo.
Debido a la comercialización, se ha dejado de lado el sentido iniciático de su elaboración y ya no son los mara’kames los únicos que elaboran nierikas, sino las manos de diversos artesanos huicholes que, no obstante, gustan de conservar y recrear los símbolos sagrados de la cosmovisión de su pueblo, por lo que continúan siendo un regalo que nos dan los adivinos para que recordemos nuestro origen olvidado.
Estas artesanías se pueden conseguir en la ciudad de México directamente con los artistas huicholes, quienes ofrecen sus obras en la Ciudadela y en el centro de Coyoacán. Se encuentran además en otros lugares de México como Puerto Vallarta, Guadalajara y la antigua ciudad minera de Real de Catorce, en San Luis Potosí, donde cada año se reúnen miles de huicholes para realizar su peregrinación sagrada en busca del abuelo peyote.
En estos últimos meses la cultura huichola está siendo seriamente amenazada ya que el gobierno mexicano a dado licencias a una empresa minera canadiense a invadir el territorio más sagrado de los huicholes: el desierto de Wiricuta, para hacer prospecciones y cosntruir infraetructuras para extracción de oro y otros minerales. Los huicholes no están dispuestos a tolerarlo y por todos los medios a su alcanze esta´n tratando de parar este gran atropello a su cultura, tradiciones y forma de vida.
Este 7 de febrero de 2012, y por primera vez en su historia, representantes de 22 comunidades y centros ceremoniales Wixarritari, se reunieron en el cerro de El Quemado, corazón del territorio sagrado de Wirikuta, municipio de Real de Catorce, San Luis Potosí, para realizar una ceremonia que duró toda la noche, y consultar a sus ancestros y deidades, en la defensa de sus sitios sagrados amenazados, como decimos, por las concesiones mineras otorgadas por el Gobierno Mexicano a compañias canadienses. La declaración de Wirikuta es el documento elaborado por las autoridades Wixaritari como resultado de esa histórica reunión.
El siguiente video es un resumen de esta ceremonia
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